miércoles, 19 de octubre de 2011

LA VERDADERA HISTORIA DE LAS COSAS


Cuando, hace casi cuatro años, ví este vídeo me sentí desolada e indignada. El engranaje perverso con que nuestra sociedad "civilizada" de consumo se empeña en explotar y destruir el planeta y a sus habitantes se muestra en él resumido con una claridad sobrecogedora.

Entonces sentí que lo mejor que podía hacer era reenviarlo a mis contactos, contribuir de alguna manera a que esa incomodidad que a mí me produjo, esas preguntas y reflexiones que me sugirió, y esa profunda sensación de RESPONSABILIDAD COMPARTIDA que me transmitió, se expandieran.

"Será posible algún día generar una masa crítica de ciudadanos que  consigan modificar el curso de los acontecimientos?", pensé.

Estábamos por aquellas fechas comenzando a oir hablar de deceleración económica...

Vicky, con su lucidez habitual, me contestó esto al leerlo (yo no hubiera sido capaz de palabras tan certeras):

"No os parece maravilloso que, pese al hombre, las guerras, el hambre y el dolor, .... la belleza, la más absoluta belleza, que es la vida misma, siga brotando por doquier....

Que sensación de paz y pequeñez me produce darme cuenta de este espléndido e inabarcable tinglado que es la Vida!...... pero......

No es tiempo de quedarnos en la contemplación hedonista porque, mantener toda esa hermosura no es sólo cosa de políticos, empresarios o economistas. De hecho, ellos no van a hacer casi nada. Están pillados. El sistema es un monstruo con enormes tentáculos, difícil de parar. Sólo la transformación individual, el paso de cada uno de nosotros a la consciencia de una vida sencilla, limpia y solidaria puede ayudar al cambio.

Hay que trabajar para que la trampa suicida del consumo se desvele y podamos ejercer nuestro derecho a no compartir su falso espejismo de bienestar.
No veo otra forma para conseguirlo que ahondar en la realidad cada día, analizando la información que dejamos que entre en nuestro cerebro (y lo que hacemos con ella), los productos que llenan nuestra cesta de la compra, los alimentos que metemos en nuestra boca, la publicidad que consentimos que fabrique nuestros deseos, las compañías, las conversaciones, las actividades en las que bajamos la guardia y mimetizamos indolentes con la frivolidad del clan.

Poco a poco, y con el trabajo de todos, podemos hacer que se hable más de ética, consciencia, responsabilidad, salud y progreso sostenible, ...que de fútbol o actrices. Las "cumbres", "gobiernos" y "multinacionales" no van a hacerlo. Tienen otras preocupaciones, obligaciones, padrinos, vinculaciones e intereses.

Continuar por el camino que llevamos no sólo es seguir consintiendo que muera de hambre un niño cada cinco segundos, sino ir de cabeza al desastre y la autoextinción como especie (La Vida, no, claro.... La Vida seguirá sin nosotros.... Es un consuelo)".

Ahora la deceleración es ya una franca crisis, económica y de valores; la trampa suicida del consumo se ha desvelado; y el hartazgo generalizado de la ciudadanía, manifestado por todo el mundo, parece estar alcanzando esa masa crítica. 

Tal vez aún haya esperanza??


LA HISTORIA DE LAS COSAS 1-2-3 (en español):