lunes, 15 de agosto de 2011

INDIA DEL SUR. 13- BACKWATERS. Las arterias de Kerala


Los Backwaters, una intrincada red de canales y lagunas, unos 2.000 km., que separan el mar de tierra firme, ocupan un área de 900 km. cuadrados desde Alleppey (Alappuzha) hasta más al norte de Cochin, y son las arterias de Kerala, sus autopistas fluviales. Los sedimentos acumulados en la desembocadura de los ríos fueron generando una costa paralela. Los hombres, construyendo diques, hicieron el resto.


Recorrerlos en un Kettuvalam, una barcaza arrocera, entre palmeras y campos de arroz de un verde brillante, casi iridiscente, es una auténtica delicia.


Las aldeas se extienden sin solución de continuidad ni límites fijos por las orillas de sus canales. 

Ahí podemos ver, de nuevo, escenas de la vida cotidiana: el baño matutino, mujeres lavando los platos, hombres haciendo la colada con esa costumbre consistente en golpear la ropa contra una piedra, campesinos regresando de los arrozales, gente cruzando de una a otra orilla en pequeñas barcas, niños acudiendo al colegio... Y, a la vez, avistar águilas pescadoras, cormoranes, aningas, garzas, martinetes, martín pescador...(Éste está en casi todos los cables y nos lleva acompañando todo el camino. Será por eso que le han puesto su nombre a la cerveza local?).

También podemos bajar a visitar alguno de esos pueblos, apenas dos hileras de casas a cada lado del canal, como hicimos en Champakkulam, asistir a una misa ortodoxa o hacer alguna compra en su mercado-cooperativa.
Y acercarnos a una tienda de licores a comprar las cervezas para la cena (increíble lo deliciosa que era la comida que nos sirvieron a bordo), en un lugar en medio de la nada en el que tuvimos que hacer cola junto con los locales, como si se tratara de un banco, encajonados entre unas barreras metálicas mientras el tendero despachaba a través del ventanuco practicado en la reja que cubría el frente de la tienda y los parroquianos escondían las botellas entre los pliegues de sus dhoti. Como si se tratase de un acto clandestino... Que bárbaro!

O, sin más, podemos dejar que el ronroneo del motor y el sonido del agua nos vayan meciendo y adormeciendo mientras la brisa y el sol nos acarician la cara, sin nada más que hacer que dejar pasar el tiempo y disfrutar de unos momentos irrepetibles...

                                           
                                                     Backwaters
                                                                                                        Kettuvalam



                                               Esperando el "autobús"

                                                   Aseo matutino                                         


                                                          




                                                       
                                                       

                                             


1 comentario:

Vicky dijo...

Pero... todos esos pueblines probablemente se inunden cuando lleguen las lluvias... Qué vida tan precaria y gozosa al mismo tiempo. Para esta gente si que será posible en unos cuantos milenios eso de desarrollar branquias.
Te imagino haciendo cola en un lugar perdido del Sur de la India para comprar una cerveza prohibida, con la avidez del sediento de experiencia y de sabor. La situación es como tú misma: entre prosaica, trascendente y cargada de humor.
Los pescadores clavándose en la arena también me han impresionado. Parece que sus piernas fueran de ébano húmedo, por oscuras y fuertes. Qué vidas!
Esos contrastes son posibles mientras que los de abajo tienen hambre, que ya es algo, y, a través del miedo, los poderosos los controlan y utilizan en todo el mundo y en todo tiempo. Las siguientes generaciones digieren la humillación muy mal -y con mucha envidia, por qué no decirlo- y vomitan el odio acumulado, tratando, a veces sin ningún pudor, de llegar a ser ellos mismos aquello que desprecian . Tengo tanta curiosidad periodística por lo que fuera de esa saga de marajás, como por la pobre realidad de los que les sobreviven.
Así me gusta, que trabajes por darnos cuenta de tus andanzas, que ya son imprescindibles.
Besos y fuerza a tus alas.